Flaviet Prat, su conductor, hizo todo bien con la yegua nacida en el Haras La Quebrada, pues la pudo sacar rápido desde la partida y la guardó en el sexto lugar, expectante de lo que en la punta hacía A Reving Beauty (GER, Mastercraftman), que manejó el tren con parciales realmente cómodos de 26s20, 51s81, 1min18s16 y 1min43s98 para la milla, que le permitieron no desgastarse en la delantera.
Smart Choice vino tan cerca, que hasta por instantes asomó hacia el quinto puesto, allá por el poste de los últimos 600 metros. Pero cuando su conductor la empezó a buscar para pretender sorprender, la yegua empezó a sentir el agotamiento de la intensa rutina de ejercicios vivida en octubre y de los meses de ausencia. Fue cediendo posiciones para terminar cerrando la marcha a 29 1/4 cuerpos de separación, según el resultado final.
En la última recta, cuando la puntera buscaba definir, vino la carga inicial de la favorita Wild Ilusion (GB, Dubawi), que atacó por tercera línea. Ella se había desgastado mucho en los momentos previos pues, presa de los nervios, no quiso entrar al partidor, obligando a los paradores a usar toda su fuerza para meterla a la celda. Eso, sin duda, fue un factor decisivo en la definición, porque cuando pudo quebrar a la puntera A Reving Beauty, a falta de 150 metros, no tuvo los restos para aguantar el avance de Sistercharlie (GB, Myboycharlie), que pudo un poco más y la venció por hocico, en marca de 2min20s96.
El inacabable jockey John Velazquez estuvo gigante en la silla de la pupila de Chad Brown, con la que obtiene su triunfo número 17 en carreras de la serie, consolidándose como el segundo jockey con más triunfos en la Copa Mundial del hipismo.
Sobre la actuación de Smart Choice, son muchos los factores que se deben tomar en cuenta. Sin duda, el tiempo juega un papel decisivo en este tipo de emprendimientos. No correr desde junio en pruebas oficiales y reaparecer frente a las mejores yeguas pasteras del mundo era un salto muy alto. Si le sumamos la lista de aprontes que tuvo que hacer en el lapso de tres semanas, el cansancio que se vio en la carrera fue, sin duda, producto de ese esfuerzo.
El Stud Starbucks asumió el reto, como en su momento lo hicieron el Manning y el Couet, abriendo el camino para que la hípica peruana pueda figurar en el evento de turf más importante del mundo. Pero sobretodo lo hicieron con seriedad, invirtiendo lo que sea necesario para poder representar al país, cumpliendo todos los protocolos que una organización como Breeder’s Cup plantea. Eso ya es un mérito enorme, que solo puede ser criticada por quienes desconocen totalmente del negocio.