“Hoy tengo 20 caballos, muchos de ellos potros de 2 y 3 años, pero que han demorado su debut por temas de cañeras y esas cosas. Yo creo que a fin de mes empezaremos a probarlos en la cancha”, dijo el preparador colombiano. “Por fortuna tengo el respaldo del Stud Santa María”, agregó.
Sin embargo, hay algo de nostalgia en la voz de Mario Morales. Aunque este triunfo motiva, hay cosas en la vida del hombre que ganó un Gran Premio Latinoamericano, lo que termina devolviéndolo a una realidad que puede golpear fuerte. “A veces terminan las carreras, llego al departamento que tengo alquilado y lo único que me acompañan son las cuatro paredes y algo que pongo en el televisor. Mi familia, mis seres más cercanos no están en Perú y eso aburre”, confiesa.
Morales, a finales de los 90 tuvo studs poderosos como el Polo Norte y Capri, con los que pudo construir verdaderas máquinas como la misma Madame Equis o la sensacional Bonina (Prince). En su mejor época, fue el entrenador de los caballos del ex futbolista y ex entrenador de fútbol, su compatriota Francisco ‘El Pacho’ Maturana, con el que ganó algunos clásicos en el Coloso de Surco.
Incluso, a lo largo de sus 15 años de trayectoria en Estados Unidos –entre 2002 y 2017– ganó casi un centenar de carreras y también tuvo a su cargo muy buenos corredores, encabezados por Casiguapo (USA, Sightseeing) con el que llegó segundo en el Hopeful Stakes (G1) en Saratoga.
“Me vine a pasar el Año Nuevo a Guayaquil precisamente porque un muy buen amigo y pariente de aquí me invitó ya que sabe lo difícil que es estar solo en estas fechas. No lo pensé dos veces. Pero solo vine para eso. Llegué el 30 de diciembre y a más tardar el jueves estoy nuevamente al frente de la caballada en Monterrico”, dijo el entrenador. “Aproveché para visitar el hipódromo esta mañana y reencontrarme con algunos amigos. Fue muy grato en verdad”, indicó.
Foto: Liliana Ypenza